Una chica protagonista busca el amor ideal a lo largo de su vida

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En la ciudad de Zaragoza, una chica protagonista desde pequeña se ha sentido atraída por la idea del amor ideal.

Desde muy temprana edad, ha tenido diferentes experiencias que han moldeado su percepción romántica.

En su infancia, a los 5 años, la chica se encontraba con sus padres en una tienda de electrónica.

Mientras observaba una escena romántica en una televisión de pantalla plana, su corazón se emocionaba y expresaba su ilusión en un bocadillo de pensamiento sin pintar.

Conforme creció hasta los 10 años, la chica encontró su refugio en las novelas juveniles de romance.

Mientras se sumergía en sus lecturas, su corazón se pintaba de rosa y el bocadillo de pensamiento mostraba su alegría.

A los 12 años, la protagonista comenzó a tener una idea del verdadero amor.

Con un corazón rosa y estrellitas brillantes a su alrededor, creía que el amor idílico era sinónimo de máxima felicidad.

Pero a medida que avanzaba en la adolescencia, en las viñetas 4, 5 y 6, la protagonista se enfrentaba a la realidad y buscaba a alguien que correspondiera a su ideal romántico.


En sus intentos de encontrar esa persona especial, se encontraba con diferentes respuestas simbólicas que no cumplían sus expectativas.

A los 18 años, la chica se encontraba en un parque, observando a una pareja enamorada con melancolía.

Se preguntaba si ella era el problema y se sentía triste, abrazándose a sí misma en busca de consuelo.

En ese momento, una persona desconocida se acercó y llamó su atención.

Junto a ella, estaban la persona de gafas, la chica de pelo largo y el chico que la apoyaban y le recordaban que el amor no es solo romántico, sino que existen muchos tipos de cariño y todos son igual de válidos.

Le aconsejaban que no dependiera demasiado del amor romántico para ser feliz, que no se obsesionara y que entenderlo era un proceso.

La protagonista reflexionaba sobre sus palabras y se daba cuenta de la importancia de valorar diferentes formas de amor.

Aunque encontrar el amor ideal seguía siendo un anhelo, aprendió a apreciar las distintas manifestaciones de cariño y a vivir su vida sin depender exclusivamente de una relación romántica.