En agosto de 1997, la vida de Brandy Cole cambió por completo al quedar embarazada a los 17 años.

Nueve meses después nacía Jason Christopher Tatum, quien se convertiría en una estrella de la NBA. Criado en un pequeño departamento en Saint Louis por su madre soltera, Jayson siempre soñó con jugar al básquet.

A pesar de las dificultades económicas, Brandy trabajó duro para mantener a su hijo y cumplir su sueño.

Jayson, inspirado por su madre, se dedicó por completo al baloncesto y con el apoyo de su familia y amigos, logró llegar a la NBA.

Desde su infancia, Jayson Tatum demostró un talento excepcional para el básquet.

Con el apoyo de su madre y su entrenador, Drew Hanlen, perfeccionó su técnica y se convirtió en una de las estrellas jóvenes de la liga.

Con un contrato de 195 millones de dólares por cinco temporadas, Jayson Tatum se aseguró un futuro financiero estable para él y su familia.

Además, con la posibilidad de firmar una extensión de contrato "Supermax", podría convertirse en el jugador mejor pagado de la NBA.

La influencia de Brandy sobre Jayson sigue siendo fundamental en su vida, y juntos han establecido reglas para manejar su fortuna.

A pesar de su éxito en la NBA, Jayson sigue siendo humilde y agradecido por todo lo que ha logrado.

Su historia es un ejemplo de esfuerzo, perseverancia y superación personal.

Jayson Tatum ha demostrado que los sueños, con trabajo duro y dedicación, pueden hacerse realidad.