El expresidente brasileño Jair Bolsonaro y su esposa Michelle comparecieron ante la policía federal del país en Brasilia para declarar en una investigación sobre joyas de alto valor que recibieron de jefes de estado árabes y nunca declararon. Se les ordenó comparecer en la sede de la policía el jueves junto con otros funcionarios.

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En Brasilia, la capital de Brasil, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro y su esposa Michelle optaron por guardar silencio cuando comparecieron ante la policía federal del país para declarar en una investigación sobre regalos de joyería de lujo que recibieron de jefes de estado árabes y nunca declararon.

Fueron citados para declarar en la sede de la policía en la capital el jueves.

El equipo de defensa de Bolsonaro argumentó que el caso debería ser juzgado en Sao Paulo, donde algunas de las joyas fueron confiscadas por agentes de aduanas en el Aeropuerto de Guarulhos cuando los representantes de Bolsonaro regresaron de conversaciones oficiales en Medio Oriente, y no en la jurisdicción de Brasilia, justificando así su decisión de guardar silencio.

Las joyas, los relojes de lujo y las estatuillas chapadas en oro de Arabia Saudita y Bahrein nunca fueron declarados y solo salieron a la luz cuando Bolsonaro intentó recuperar un lote que fue confiscado por la aduana, según investigaciones policiales.

Un collar de diamantes, anillo, reloj y aretes de la marca Chopard de Suiza, valorados en aproximadamente 3,2 millones de dólares estadounidenses (4,9 millones de euros), fueron regalados al entonces presidente y su esposa y se encontraron en la mochila de un ayudante de gobierno que había viajado a Riad con el entonces ministro de energía Bento Albuquerque en octubre de 2021.


Los brasileños pueden importar bienes por un valor de 1000 dólares estadounidenses o menos al regresar del extranjero.

Se aplican impuestos elevados para cualquier valor superior.

Después de que los regalos presidenciales se dieron a conocer públicamente, un tribunal ordenó que la pareja los entregara al Estado.

Los ayudantes de Bolsonaro y su abogado intentaron comprar los artículos que se habían vendido en los Estados Unidos, según la policía.

Los fiscales señalaron que la jurisdicción correcta para el caso es Brasilia, donde se ordenó la investigación por el juez de la Corte Suprema de Brasil, Alexandre de Moraes.