En una movida estratégica, el buque de asalto anfibio USS Wasp ingresó esta semana en el Mar Mediterráneo oriental mientras Estados Unidos posiciona sus navíos de guerra para intentar evitar que los enfrentamientos entre Israel y Hezbollah en Líbano se conviertan en una guerra más amplia en Oriente Medio.

Si bien el Wasp tiene la capacidad de asistir en la evacuación de civiles en caso de que estalle una guerra a gran escala entre Israel y el grupo militante respaldado por Irán a lo largo de la frontera con Líbano, ese no es el motivo principal de su rotación, según un funcionario estadounidense.

"Se trata de disuasión", dijo el funcionario.

Una segunda autoridad estadounidense comparó la rotación con el envío del buque de asalto USS Bataan a las aguas alrededor de Israel poco después del ataque de Hamas del 7 de octubre, y la nave permaneció durante meses en el Mar Mediterráneo oriental para ayudar a proporcionar opciones y tratar de contener el conflicto.

Los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato para discutir detalles operativos sensibles.

Las autoridades estadounidenses dijeron la semana pasada que el despliegue del Wasp fue probable ya que el portaaviones USS Dwight D. Eisenhower y su ala aérea abandonaron la región.

El Wasp lleva aviones de combate F-35, que realizan despegues cortos y aterrizajes verticales, para poder realizar misiones de ataque aéreo desde buques más pequeños.

El Comando Europeo de los Estados Unidos, responsable de los buques que operan en el Mediterráneo, anunció la movida esta semana, indicando que el Wasp y la 24ª Unidad Expedicionaria de Marines a bordo navegarían con el buque de desembarco USS Oak Hill, utilizado para transportar marines, vehículos y carga.

El Oak Hill ya se encuentra en el Mediterráneo.

Además, el Wasp está navegando con el buque de transporte anfibio USS New York, que puede transportar tropas tanto en helicópteros de cubierta como en embarcaciones de desembarco.

Todo esto ocurre mientras Hezbollah e Israel han intercambiado ataques transfronterizos casi a diario desde los ataques del 7 de octubre que desencadenaron la guerra entre Israel y Hamas en Gaza, y que han ido escalando gradualmente.