Una filtración de documentos militares rusos clasificados revela planes de guerra nuclear en caso de invasión china

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En el año 2040, en un chiste contado por Paul Dibb, un reconocido comentarista estratégico australiano, dos rusos caminan por el campo.

Mientras caminan, uno de ellos menciona cómo en 2024 decían que China nunca invadiría Rusia, y al cruzar la frontera china llegan a Finlandia.

Este chiste, que suele tener una pausa antes de que la gente ría al comprender la situación geográfica, ilustra la posibilidad de cambios en la alianza Rusia-China en el futuro.

A pesar de la aparente solidez de esta asociación, los rusos mantienen una profunda desconfianza hacia las intenciones chinas.

La semana pasada, el diario Financial Times de Londres publicó una filtración de documentos militares rusos clasificados.

Estos 29 archivos filtrados detallan juegos de guerra y posibles escenarios de uso de armas nucleares tácticas.

Escritos entre 2008 y 2014, los documentos muestran cómo Moscú anticipaba el riesgo de una invasión china a lo largo de su extenso borde de 4000 kilómetros y planeaba utilizar armas nucleares tácticas para detenerla.

En el escenario hipotético descrito en los documentos, Rusia absorbería una primera oleada de invasores chinos antes de recurrir a armas nucleares tácticas en el campo de batalla.


'Se ha dado la orden por parte del comandante en jefe ... de utilizar armas nucleares ... en caso de que el enemigo despliegue unidades de segunda línea y el Sur amenace con avanzar hacia la dirección del ataque principal'.

Aunque los archivos datan de años anteriores, todos fueron redactados durante la era de Putin.

Uno de los documentos anticipa que Beijing podría intentar tomar partes de los territorios siberianos de Rusia, ricos en recursos naturales pero escasamente poblados, para crear 'colonias de recursos'.

Dibb, quien pasó la mayor parte de su carrera en inteligencia y política de defensa lidiando con la amenaza soviética durante la Guerra Fría, reflexiona que el miedo principal de Moscú radica en el hecho de que 'Rusia no sabe dónde empieza y termina y no tiene fronteras naturales aparte del Océano Ártico y el Océano Pacífico'.

Alexander Gabuev, director del Centro Carnegie Russia Eurasia en Berlín, confirmó al Financial Times que esta fue la primera vez que se informaba públicamente sobre tales documentos, aunque señaló que Rusia practicaba regularmente juegos de guerra durante el período 2008-2014 contra una China percibida como una amenaza'.