Investigadores franceses predicen que la producción de vino se trasladará a las regiones más al norte de Europa debido a los cambios en las temperaturas globales.

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Un nuevo estudio realizado por científicos de las provincias vinícolas de Burdeos y Borgoña, en Francia, ha revelado que la producción de vino deberá desplazarse de las tradicionales regiones de Europa meridional hacia las regiones más al norte, llegando incluso a Escocia.

De acuerdo al estudio, los cambios en las temperaturas globales harán que regiones de latitudes medias, como el sur de Francia, el norte de España e Italia, y los viñedos del Nuevo Mundo en el sur de California y el Barossa en Australia, dejen de ser adecuadas para la producción de vino.

Por el contrario, áreas que antes se consideraban demasiado frías y húmedas para la viticultura, como el norte de Gran Bretaña, el sur de Escandinavia y el noroeste del Pacífico de Estados Unidos, serán los "ganadores" en la producción vinícola.

El aumento de olas de calor y la lluvia irregular podrían acabar con viñedos desde Grecia hasta California para el año 2100, según los investigadores.

El mapa creado por equipos de Inrae, un instituto de investigación pública para la agricultura, la alimentación y el medio ambiente; Bordeaux Sciences Agro, el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia; y las universidades de Burdeos y Borgoña, muestra que el sur de Gran Bretaña tiene una "idoneidad mejorada" para la producción de vino, mientras que el norte del Reino Unido es designado como una "nueva región vitivinícola".


Al mismo tiempo, se predice que Europa meridional enfrentará un "alto riesgo de inadecuación" para la producción de vino a medida que sube la temperatura.

Los investigadores consideraron dos escenarios: uno en el que el calentamiento se mantiene dentro de los 2 grados del promedio preindustrial, el límite establecido por el acuerdo climático de París de 2015, y otro en el que las temperaturas globales aumentan entre 2 y 4 grados.

De cualquier manera, los científicos franceses predicen que las vides británicas se beneficiarán a expensas de sus contrapartes mediterráneas.