Un artista francés ha entrenado a dos ratas para tomar selfies a cambio de recompensas.

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El artista francés, Augustin Lignier, ha construido una cabina fotográfica para ratas con el objetivo de hacer reflexionar sobre la sociedad actual y su relación con las redes sociales.

Utilizando la técnica de condicionamiento operante, Lignier ha logrado enseñar a dos ratas de tienda de mascotas a tomar selfies a cambio de golosinas.

Pero lo interesante es que las ratas comenzaron a hacerlo no solo por la recompensa, sino por el placer que les generaba.

A medida que las ratas pulsaban el botón, no solo recibían su premio, sino que también experimentaban una sensación placentera en su cerebro.

Esta experiencia se asemeja a la forma en que las personas interactúan con las redes sociales.

Al principio, buscamos la aprobación y los 'me gusta', pero eventualmente se convierte en una forma de estimular la liberación de sustancias químicas que nos hacen sentir bien.

Con su instalación 'Selfie Rats', Lignier ha logrado crear una conexión entre el uso de la cabina fotográfica por parte de las ratas y el uso de las redes sociales por parte de los humanos.

Al igual que las ratas, al principio nos motivan las recompensas medibles, como los 'me gusta' en nuestras publicaciones, pero sabemos que el verdadero impulso es la dopamina.

La dopamina es una sustancia química producida por el cerebro cuando realizamos actividades placenteras, como comer, hacer ejercicio y tener relaciones sexuales.

Nos motiva a continuar con ese comportamiento placentero y, por eso, también está relacionada con las adicciones.


Aunque esta instalación de Lignier puede hacernos reflexionar sobre lo que impulsa nuestros comportamientos en línea, no es necesariamente una crítica negativa a la cultura de internet.

El artista enfatiza que las grandes empresas tecnológicas diseñan nuestros comportamientos, pero eso no significa que no podamos divertirnos y disfrutar de ellas.

Las ratas Augustin y Arthur, colaboradores principales de Lignier, han producido decenas de selfies desde diferentes ángulos, como auténticos profesionales de las redes sociales.

Sin embargo, curiosamente, las propias ratas no parecían obtener ninguna satisfacción de las imágenes en sí mismas.

A pesar de que Lignier mostraba las fotos en una pantalla frente a ellas, las ratas no parecían reconocerse.

Una vez que las ratas terminaron su trabajo como modelos, Lignier las envió a vivir el resto de su corta vida en la casa de su madre en el sur de Francia.

Tras su fallecimiento, fueron enterradas juntas en el jardín de su madre.

Esta instalación de Lignier ha captado la atención de los medios de comunicación y ha generado una discusión sobre nuestras interacciones en las redes sociales y su relación con la búsqueda de recompensas y la liberación de dopamina.

Sin duda, esta obra artística nos invita a reflexionar sobre cómo nos comportamos en el mundo digital y cómo nos relacionamos con estas plataformas.