Un nuevo estudio publicado en la revista científica Science Advances revela el asombroso viaje de un mamut llamado Elma, desde el oeste de Yukón hasta el interior de Alaska, donde probablemente vivió junto a los humanos.

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Un grupo de investigadores ha logrado rastrear el viaje de 1.000 kilómetros de un mamut lanudo que vivió hace 14.000 años utilizando únicamente su colmillo.

Este sorprendente hallazgo ha sido publicado en la revista científica Science Advances y revela datos muy interesantes sobre la convivencia de los mamuts y los seres humanos en Alaska.

El mamut, llamado Elma, vivió en una zona que actualmente está en el interior de Alaska, pero en aquella época formaba parte de Yukón.

El colmillo, que mide aproximadamente seis pies de largo, fue encontrado en el sitio arqueológico Swan Point.

Los investigadores, liderados por Matthew Wooller de la Universidad de Alaska Fairbanks, examinaron los isótopos presentes en el colmillo y los compararon con los niveles existentes en el paisaje de ese momento.

Esto les permitió determinar con precisión los lugares por donde había pasado el mamut a lo largo de su vida.

Según explicó el biólogo evolutivo Hendrik Poinar de la Universidad de McMaster, el colmillo del mamut se compone de capas que crecen año tras año, al igual que las bolas de helado superpuestas en un cono.

Esta estructura permite obtener una gran cantidad de información sobre los lugares por donde se ha desplazado el animal.

En el caso de Elma, los análisis indican que solía estar frecuentemente en el mismo lugar, posiblemente usándolo como zona de apareamiento, caza o pastoreo.


Además, los investigadores encontraron evidencia de la presencia humana en el área.

Después de examinar los objetos encontrados en el sitio, se determinó que podrían haber sido utilizados como dardos o lanzas, similares a los utilizados en Siberia para cazar mamuts.

Sin embargo, Poinar no culpa a los seres humanos por la extinción de los mamuts.

Según él, no es sorprendente que una tribu en busca de alimento cazara animales tan grandes, ya que eran una fuente importante de proteínas, grasas y materiales utilizables.

El colmillo descubierto probablemente fue utilizado como yunque en diversas actividades artísticas y herramientas.

Además de revelar datos fascinantes sobre el pasado, esta investigación también nos hace reflexionar sobre el futuro, especialmente en relación con el cambio climático.

Poinar subraya la importancia de comprender cómo los primeros humanos y estos grandes animales interactuaban en el paisaje, ya que esto puede enseñarnos a proteger mejor el medio ambiente y evitar la extinción de especies en un clima cálido.

Fuente: CBC Radio

Autor: Philip Drost