El Telescopio Espacial James Webb ha capturado una serie de imágenes luminosas de 19 galaxias espirales que se encuentran relativamente cerca de nuestra Vía Láctea. Estas imágenes ofrecen nuevas pistas sobre la formación de estrellas, así como sobre la estructura y evolución de las galaxias. Un astrónomo describe estas fotografías como 'impresionantes', y señala que revelan más información sobre la formación de estrellas.

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El Telescopio Espacial James Webb ha sorprendido a la comunidad científica con una serie de imágenes luminosas de 19 galaxias espirales.

Estas galaxias se encuentran relativamente cerca de nuestra Vía Láctea y ofrecen nuevas y emocionantes pistas sobre la formación de estrellas, así como sobre la estructura y evolución de las galaxias.

Las imágenes, que han sido publicadas por un equipo de científicos involucrados en el proyecto Physics at High Angular resolution in Nearby Galaxies (PHANGS), muestran en detalle la belleza y complejidad de estas galaxias espirales.

El Telescopio Espacial James Webb ha demostrado una vez más su capacidad para capturar imágenes impresionantes que nos ayudan a comprender el universo que nos rodea.

La galaxia espiral más cercana de las 19 capturadas por el telescopio se llama NGC 5068 y se encuentra a unos 15 millones de años luz de la Tierra.

Por otro lado, la galaxia espiral más distante es NGC 1365, ubicada a unos 60 millones de años luz de nosotros.

Estas distancias astronómicas son verdaderamente fascinantes y nos dan una idea de la inmensidad del universo.

El Telescopio Espacial James Webb fue lanzado al espacio en 2021 y comenzó a recolectar datos en 2022. Desde entonces, ha estado redefiniendo nuestra comprensión del universo y capturando imágenes maravillosas del cosmos.

A diferencia del Telescopio Espacial Hubble, que observa principalmente en longitudes de onda ópticas y ultravioleta, el JWST se enfoca principalmente en el infrarrojo.

Esto le permite revelar aspectos del universo que no son visibles para otros telescopios.

Las galaxias espirales son un tipo común de galaxias que se asemejan a enormes remolinos.

Nuestra propia Vía Láctea es una de ellas.

Las nuevas observaciones del Telescopio Espacial James Webb, realizadas con las cámaras NIRCam y MIRI, revelan aproximadamente 100.000 cúmulos estelares y millones, o tal vez miles de millones, de estrellas individuales.

Estos datos son de gran importancia, ya que nos ofrecen una nueva vista de la fase más temprana de la formación de estrellas.

Las estrellas nacen dentro de nubes de polvo que bloquean por completo la luz en longitudes de onda visibles, como las que captura el Telescopio Espacial Hubble.


Sin embargo, estas mismas nubes se iluminan en longitudes de onda capturadas por el JWST. Aún sabemos muy poco sobre esta fase inicial y estos datos serán vitales para comprender cómo las estrellas comienzan sus vidas en las galaxias.

Cerca de la mitad de las galaxias espirales tienen una estructura recta, conocida como una barra, que se extiende desde el centro galáctico y a la que están unidos los brazos en espiral.

La teoría más aceptada hasta ahora es que las galaxias se forman desde el interior hacia el exterior, aumentando de tamaño a lo largo de su vida.

Los brazos espirales se encargan de acumular el gas que se convertirá en estrellas, mientras que las barras se encargan de dirigir ese mismo gas hacia el agujero negro central de la galaxia.

Estas nuevas imágenes del Telescopio Espacial James Webb permiten a los científicos, por primera vez, estudiar la estructura de las nubes de polvo y gas de las que se forman las estrellas y los planetas en galaxias más allá de las Nubes de Magallanes, que son satélites galácticos de nuestra Vía Láctea.

Además de su belleza estética, estas imágenes también cuentan una historia sobre el ciclo de formación de estrellas y los fenómenos que ocurren en el espacio entre estrellas.

Las observaciones del Telescopio James Webb complementan las del Hubble, ya que mientras que este último captura la luz de las estrellas de las galaxias, gran parte de esta luz se ve bloqueada por el polvo.

En cambio, el JWST, gracias a su visión en el infrarrojo, puede traspasar ese velo de polvo y revelar las estrellas ubicadas detrás y dentro de las nubes de polvo.

Esto nos permite obtener una visión más completa de cómo las galaxias funcionan como sistemas y cómo se forman las estrellas en ellas.

Estas fotografías son un testimonio del asombroso poder de la ciencia y la tecnología.

Nos recuerdan la importancia de continuar explorando el universo que nos rodea, expandiendo nuestros horizontes y desvelando los secretos que aún quedan por descubrir.