La siembra de nubes ha sido mencionada por algunos informes mediáticos como un posible factor en las lluvias y inundaciones récord en Dubai, Emiratos Árabes Unidos.

Se trata de un proceso que consiste en hacer que gotas de vapor de agua y cristales de hielo en las nubes se unan para formar gotas o pellets más grandes y pesados que caen en forma de lluvia o nieve.

Esta técnica se realiza a menudo rociando partículas de sales como yoduro de plata o sal de mesa con bengalas especiales transportadas por aviones o proyectiles como cohetes, cañones o misiles.

Además, los Emiratos Árabes Unidos también han utilizado drones para cargar las nubes con cargas eléctricas para la siembra de nubes.

La siembra de nubes no es una tecnología nueva, ya que existe desde la década de 1940 y se ha utilizado en docenas de países, incluido Canadá. A pesar de ello, recientemente los científicos han podido demostrar que funciona al distinguir entre la lluvia o nieve natural e inducida.

Se emplea principalmente para combatir las sequías al inducir lluvias o nieve, como lo ha hecho los Emiratos Árabes Unidos para intentar recargar sus escasas reservas de aguas subterráneas.

En Estados Unidos, también se han realizado esfuerzos para utilizarla en la lucha contra incendios forestales.

En Canadá, se usa principalmente para reducir el daño causado por el granizo, consiguiendo que la humedad en las nubes caiga como lluvia o nieve antes de que se convierta en granizo.

A pesar de que los resultados de aproximadamente 70 años de investigación sobre la efectividad de la siembra de nubes son variados, muchos confían en que funcione.

Según un estudio reciente, la siembra de nubes en tres eventos provocó suficiente agua para llenar 282 piscinas olímpicas en una zona de 80 por 80 kilómetros.

Aunque varios investigadores han descartado que la siembra de nubes haya tenido un papel importante en las inundaciones de Dubai, señalaron el cambio climático como un factor probable en las lluvias extremas, ya que una atmósfera más cálida puede contener más vapor de agua.

Pruebas científicas demuestran que los episodios de lluvias intensas son cada vez más comunes y graves a medida que el clima se calienta.

La siembra de nubes puede haber sido blanco de críticas en esta ocasión, pero la tecnología sigue siendo una herramienta utilizada en todo el mundo para gestionar fenómenos meteorológicos extremos.