Juan María Traverso, uno de los pilotos más icónicos en la historia del automovilismo argentino, ha fallecido dejando un legado imborrable en el deporte de las carreras de autos.
Juan María Traverso, reconocido como uno de los ídolos más grandes en la impresionante historia del automovilismo argentino, nos ha dejado un vacío imposible de llenar con su partida.
Por sus innumerables triunfos, sus múltiples títulos y su inconfundible personalidad, el Flaco marcó un antes y un después en el mundo del automovilismo, compitiendo con diferentes marcas y en diversas categorías.
El 3 de abril de 1988, durante la segunda fecha de la temporada del TC 2000 en General Roca, provincia de Río Negro, Traverso vivió uno de los momentos más destacados de su carrera.
Con su Renault Fuego preparada por el legendario Oreste Berta, el piloto argentino lograba mantenerse en la punta a pesar de las adversidades.
Sin embargo, sobre el final de la carrera, el inesperado comenzó a suceder.
La máquina empezó a emitir humo y Traverso se vio acorralado por Silvio Oltra.
La tensión era palpable y el piloto argentino luchaba por mantenerse en la pista ante las crecientes dificultades.
A pesar de la pérdida de aceite y el aumento de temperatura en el motor por un problema en una manguera, Traverso decidió continuar acelerando hasta la bandera a cuadros.
La victoria fue épica, con la Fuego envuelta en llamas cruzando la línea de meta.
La hazaña quedó grabada en la memoria de todos los presentes, quienes ovacionaron al piloto argentino al bajarse del auto en medio de las llamas.
La valentía y el coraje de Traverso se hicieron evidentes en ese momento, demostrando una vez más por qué es considerado uno de los grandes del automovilismo argentino.
Con el paso del tiempo, aquel triunfo se ha convertido en una leyenda dentro de la rica trayectoria del ídolo eterno.
Juan María Traverso seguirá siendo recordado por su pasión por las carreras y su capacidad para superar cualquier desafío que se le presentara en la pista.
Honor a su memoria y que su legado perdure en las pistas de todo el mundo.
Descansa en paz, Juan María Traverso.